Por: Juan Pablo Espinosa @Juanpabloemt
Nuestro gran país, está en uno de los momentos más críticos de su historia, después de 70 años de un régimen de partido único y 11 años de alternancia en el poder, no existe una mínima claridad hacia el rumbo que vamos.
El PAN con Vicente Fox, tuvo la oportunidad histórica de darle un giro de 360 a la dinámica político-social de México, sin embargo durante su tiempo en el poder, se han caracterizado por adoptar las peores y más viejas formas del “antiguo PRI”, como el clientelismo, corporativismo, la impunidad y la corrupción en las altas esferas del poder, ejemplos sobran, en su mayoría los panistas se han convertido en un nuevo híbrido del PRI y de sus formas, las cuales durante largos años criticaron con dureza.
La política económica neo-liberal imperante, es cada vez más descontrolada y rapaz, ha motivado a la continuación en automático de un sistema que favorece al enriquecimiento brutal de los más ricos y a la falta de las oportunidades más elementales de crecimiento para las clases pobres. Esto ha provocado la descomposición social actual y también el surgimiento de nuevas oligarquías / poderes fácticos como las televisoras, las empresas trasnacionales y los diferentes grupos compactos de empresarios que se cobijan en leyes o reformas hacendarias para no pagar los impuestos que como cualquier mexicano deben de pagar. El crecimiento económico se justifica en números y encuestas maquilladas, cuando la realidad es que el sentir en la calle es absolutamente diferente.
La situación es verdaderamente preocupante, la insurrección de los grupos delictivos y la cerrazón del gobierno federal a discutir con seriedad una estrategia alternativa para el combate al narcotráfico ha arraigado e incrementado la colusión entre los cárteles del crimen organizado y el sector político-económico, pero lo mas agraviante es que también tienen una importante injerencia en la estructura social, prueba de ello la reciente movilización ciudadana a favor de los “Caballeros Templarios” que parece caso de Ripley.. Aunque usted no lo crea.
El 2012 es un tema sumamente delicado, la cargada del Partido Revolucionario Institucional trae en sus cartas a un candidato con una gran ventaja en todas las encuestas y con un alta popularidad, un candidato carismático, cuidadoso y de apariencia agradable, sin ninguna atribución extraordinaria en cuanto a su visión política o forma de gobernar.
Todo indica que si las cosas siguen como están no habrá manera de detener al PRI, ya que los candidatos del PAN son totalmente grises, agregando también el pésimo desempeño de Fox y bueno de Calderón y sus 40 mil muertos ni se diga.
La izquierda mexicana como decía Octavio Paz, discute mucho y piensa poco, después del fraude del 2006, en contra de Andrés Manuel López Obrador, se cicló en un discurso revanchista y en divisiones internas, en lugar de enfocarse en sus propuestas y en una verdadera regeneración interna, es muy difícil que la división entre las diferentes “tribus” se resuelvan en tan poco lapso de tiempo.
Un factor que no es muy analizado también, es que en tiempos de crisis como el que vivimos ahorita, es muy lógico que los votantes vayan por un sufragio más conservador y bueno.. ¿Qué más conservador que el PRI? Coloquialmente dicho; más vale malo por conocido.
Sin embargo hay diferentes matices que el antiguo partido hegemónico no se ha atrevido ni si quiera a mencionar en el menos importante de sus foros: Una verdadera reflexión del pasado, las razones son bastante claras, el remover aguas del pasado perturbaría indudablemente sus planes para el futuro, pero hay varios temas en los cuales “El Nuevo PRI” debe todavía muchas expliaciones a la sociedad, en primer lugar está la masacre estudiantil de 1968, la corrupción en el gobierno de López Portillo y Carlos Salinas, el asesinato de Colosio, la persecución política, el clientelismo característico de sus gobiernos, el FOBAPROA (Que seguimos pagando), el TUCOM orquestado por Elba Esther Gordillo en complicidad con los gobernadores priistas y la lista continua.
Un acto de responsabilidad y congruencia sería dejar a lado la búsqueda del poder por el poder y si no se quiere dar explicación del pasado, mínimo aclarar, cuáles son sus intenciones para gobernar a futuro, a un país que está totalmente enlodado y descompuesto. La validez de su gobierno no debe de recaer en prácticas clientelares de una muy efectiva maquinaria político – electoral ya perfectamente aceitada en estos últimos 11 años, si no en la aportación y visión de estado que debe de caracterizar a todo partido congruente y a todo gobernante, aceptar que la política se debe de vivir en una constante autocrítica y definir cuál es su posicionamiento en la política económica que no han hecho con la seriedad necesaria.
No tengo duda que a pesar de la estigmatización muchas veces exagerada del pasado, en los gobiernos priistas se dio hincapié al desarrollo del México moderno y que en sus filas destacaron importantes y reconocidos personajes que definieron gran parte de nuestra historia y eso también es de reconocer, sin embargo es una irresponsabilidad estar haciendo cálculos vanos, sin haberle dado una explicación clara a la sociedad.
Las opciones son muy claras: Una verdadera rehabilitación democrática al interior del partido o la regresión al Ogro Filantrópico.
Juan Pablo Espinosa de los Monteros
Juanpabloemt@gmail.com
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